El conjunto histórico acogerá un proyecto relacionado con el enoturismo y las bodegas del mismo nombre

Las antiguas casas de Son Bordils, afectadas hasta hace poco tiempo por una importante degradación, empiezan a recobrar vida. Así se ha podido ver hoy durante la visita que el alcalde de Inca Rafael Torres ha realizado al conjunto histórico acompañado por los hermanos Ramón y Pedro Coll, los nuevos propietarios.

Estos inmuebles eran hasta hace pocos meses propiedad de la Fundación Encina y han sido adquiridos por los empresarios Coll, que gestionan también las bodegas de Son Bordils en unos terrenos cercanos a las casas. En total la operación incluía los 2.700 metros cuadrados de las casas y otros 230.000 metros de los terrenos donde se encuentran ubicadas.

El Ayuntamiento de Inca había emitido una orden de ejecución a la anterior propiedad obligando a la inmediata realización de trabajos de reforma de las casas para detener su degradación.

Ahora los hermanos Coll están llevando a cabo una primera fase de reforma que tiene como objetivo cumplir las prescripciones del Ayuntamiento. Así, en estos momentos se ha priorizado la antigua bodega de la propiedad, que en su última reforma podría datar de finales del siglo XIX. Esta parte se ha limpiado completamente de vegetación, y se han pulido los elementos originales. Ahora se reconstruirá el tejado para garantizar la preservación total. También se hará lo mismo con el tejado de las antiguas casas de los señores.

El Ayuntamiento calculaba una inversión de 400.000 euros sólo para la consolidación y preservación de las casas. La nueva propiedad cree que la inversión inicial será menor.

La intención de los propietarios es crear un proyecto de enoturismo en las casas con visitas a la bodega y otras actuaciones y atándolo con las bodegas. Se prevé que en menos de un año la primera fase pueda estar lista. Después llegará un segundo momento para embestir la restauración del resto de elementos de un conjunto catalogado y protegido por parte del Ayuntamiento.

El alcalde Rafel Torres, por su parte, ha explicado que “siendo una doble satisfacción porque, por una parte, se está preservando un patrimonio histórico excepcional de nuestra ciudad y, por otro lado, estamos ante nuevos y atractivos proyectos empresariales como los de los hermanos Coll “.

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